El
antilanga es ya una especie en extinción si consideramos que las nuevas generaciones de crestas rellenas de gomina y de pelos revueltos son eternos cazadores de nuestra calificación como clase. Todas esas llegadas en autos “tuneados”, motos ruidosas y bebidas energizantes de por medio llevan de a poco a alterar todas las miradas de las pocas perras que; aunque nunca prestaron ninguna atención a las miradas cósmicas del grupo, terminan por denigrarlo y aislarlo. La condición antilanga es un
estilo de vida, una convicción que nunca se quiere, pero se posee con abundancia y es una especie de represión aberrante que sale hasta por el más mínimo de los poros. No cualquiera puede ser un antilanga de condición, ya que si uno no se ha mantenido en este puesto por unos meses considerables o si alguna noche rescató la atención de un grupo de mujeres y realizó alguna acción en posición adelantada le restará (en todo caso sumará) puntos a la labor que durante tanto tiempo trabajó. Los puntos no se dan de manera positiva, la escala de pedorrez que uno posee hacia el sexo opuesto se da en términos negativos. Lo capcioso del tema está en que uno puede descender de puntaje con la más mínima acción, es decir, convertirse en antilanga es muy fácil, serlo casi imposible.
Somos líderes de una generación en decadencia, somos los valores negativos que hacen que el sistema se equilibre; si nuestro lugar no existiera no seria posible la existencia de tipos como
Pablo Echarri o Mariano Martinez por dar algunos ejemplos. Somos la quinta reencarnación del
Austerius Langae, personaje espiritual que en algunos momentos se conoció por el simple seudónimo de
Paco Peres, eterno defensor de la mistificación del antilanga bajo los fundamentos de que la sociedad se convertiría en un caos si estos no existieran, haciendo alusión a que las mujeres huirían despavoridas ante tantas hormonas masculinas a la extrema potencia. Provocando que las mujeres se aíslen al punto de no querer salir a la calle sin protección, y denigrando el dialogo con el sexo muchas veces mal llamado fuerte a las frases hechas de “como te llamas”, “que estudias” y “queres que vayamos a algún lugar mas tranquilo”. Que quede claro, las mujeres necesitan de nosotros, ya que
somos demasiado amigos como para un roce considerable pero a su vez la mínima esperanza de que alguna confusión o borrachera de una noche nos conlleve a una noche pasional nos hace ser eternos escuchas de desgracias ajenas. Sobre nuestros hombros se albergan las lágrimas de grandes personalidades de la historia, somos las entidades que hacen posible que otras clases de hombres disfruten de la mujer de sus sueños, a nuestro costo…Pero a no tomarse las cosas mal, los antilangas son eternos soñadores y clases altas a la hora del encuentro sexual; la represión es en nuestro caso base de la sabiduría. Las charlas hasta altas horas de la noche con una mujer despampanante hacen que nuestro conocimiento de “lo que ellas quieren” sea más que considerable, por lo que somos portadores del cáliz amoroso, defensores de las posiciones alternativas, escuderos de la fantasía concretable.He aquí algunos de los consejos útiles para convertirse a este selecto grupo:
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A la hora de emborracharse, espere hasta que un buen grupo de mujeres pase frente suyo y tropiecese descomunalmente con algún cantero o caiga en algún pozo. Eventualmente esto se convertirá en parte de su ser hasta ser parte de su personalidad. 10 puntos menos.
- Cuando encuentre un grupo de mujeres que realmente son la belleza en persona, y no reconoce a alguna, trate de que la charla con otro congenere se convierta en un intercambio de gestos realmente estúpidos; las muecas de la cara o bailes convulsivos son la mejor alternativa.
8 puntos menos
- En el caso de que en el grupo de mujeres se encuentre alguien a quien conoce por otra persona, llame a esta afrodita y diga conocer esta intermediaria pero olvídese de su nombre! Lo que lo convertirá en un extremo gil al querer convertirse en langa cuando se sabe que no lo es. En el peor de los casos termine este “chamuyo” ilógico con la frase: “bue, me voy con mis amigos…”. 15 puntos menos.
- Si usted se encuentra en un lugar en el que su edad es llamativamente mayor a la promedio y percibe alguna chiquilla sola, con ansias de charla, párese en frente y dígale: “Solo para alimentar mi ego, cuantos años me das?” Sin palabras. 40 puntos menos.
-Existen ciertas palabras que pueden sumar de a poco una cantidad de puntos considerables a la hora de la conversación. La enunciación de palabras como “histérica”, “que hacé gorda” o el rompimiento en risa cuando la muchacha está hablando de algo serio son algunos de las situaciones que suman de 7 a 12 puntos menos.
-La naturaleza es sabia y eso es toda una verdad; pero no se entiende como inteligente expulsar flatulencias, eructar o salivar frente a una dama (por lo menos en los 6 primeros meses de conocimiento). 30 puntos menos
-Recuerde que el humor negro es generalmente una cualidad masculina; por lo que trate de no hacer referencia a ningún aspecto o persona que observa para evitar la respuesta de: “esa es mi hermana”, “a mi tío le pasó eso” o “yo soy evangelista” (solo un ejemplo). 100 puntos menos.
-Hablar de temas como automovilismo, fútbol o juegos de computadora (según el gusto individual) es algo que se debe omitir por momentos, recuerde que 2 de las 24 horas sin hablar de ello no le hará daño. 25 puntos menos.
-Por ultimo es verdad que la risa es signo de buen contacto con la otra persona, pero colocarse mucosidades en la cara, las caídas desde escaleras o vomitar frente (o encima) de la mujer que recientemente conoció no es un buen signo. No la hara reir. 50 puntos menos.
La Confederación Latinoamericana de Antilangas (Co.L.A.) agradece por todas aquellas personas que hacen posible que nuestra labor continúe siendo importante para todos aquellos hijos de remil perra que ganan a costa de nuestra incansable labor de “amistad desinteresada”.